Este tipo de cooperativas, que permiten generar acceso a servicios financieros a las personas, ha tenido un notable crecimiento en Chile. Aquí, conoce una de las organizaciones más emblemáticas del sector: la Cooperativa Lautaro Rosas.
En ese contexto, una de las organizaciones más destacadas de este tipo son las cooperativas de ahorro y crédito.
Y es que esta alternativa que le permite generar nuevas posibilidades de acceso a servicios financieros a las personas ha mostrado un crecimiento notable y son ejemplo de la vigencia del sector. De hecho, si en 1990 tenían poco menos de 300 mil socios, en la actualidad la cifra llega a 1,4 millones de socios.
¿Pero cómo funcionan este tipo de cooperativas? ¿Qué beneficios tienen para que miles de familias decidan asociarse a ellas? Aquí, conoce la historia y el aporte de una de las cooperativas de ahorro y crédito más emblemáticas: Lautaro Rosas.
Al servicio de las personas
La Cooperativa Lautaro Rosas fue fundada en agosto de 1963 con la idea de mejorar las condiciones de vida de las personas.
En la actualidad, tiene más de 10.300 socios en el país y su sede central se encuentra en Valparaíso. Entre los productos que ofrece para sus socios se incluyen créditos de consumo, cuentas de ahorro, convenios con descuento por planilla y depósitos a plazo, entre otros. Además de promover una sólida educación financiera para las personas mediante trabajos audiovisuales.
“Tenemos una atención personalizada con el socio y tenemos inclusión financiera en el sentido que atendemos a todos los segmentos”, señala Pedro Bombal, gerente general de Lautaro Rosas. Y agrega que la cooperativa cumple fielmente con el modelo cooperativo en el sentido de que “hay un remanente que se distribuye entre los socios, ya que esta organización es de todos”.
El representante de la cooperativa sostiene que se inspiran en valores específicos que reflejan la importancia del modelo. “Cada socio es un voto y hay un foco solidario un apoyar la causa de un tercero,sobre todo para aquellos que están desvalidos y necesitan la ayuda. Hay que creer en los principios que son responsabilidad, equidad, igualdad, transparencia y honestidad”.
Cabe señalar que la Cooperativa Lautaro Rosas es regulada por la Comisión para el Mercado Financiero –la entidad que reemplazó la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras- y por la División de Asociatividad y Economía Social (DAES) del Ministerio de Economía.
Los beneficios
Otra de las cualidades que tiene Lautaro Rosas son los beneficios que les ofrecen a sus socios.
Entre ellos, se destacan el Bono de Nacimiento, con el cual se entrega un monto a un socio para la llegada de un hijo; el Bono Escolar, tiene por objetivo premiar la excelencia académica de los socios y/o sus hijos; el Bono Bodas de Oro, que es un beneficio para quienes cumplen 50 años de matrimonio; y el Bono Continuidad, para aquellos que tienen una permanencia como miembros activos de la institución.
“Entregamos una serie de beneficios que otras instituciones financieras no brindan y con esto se entiende que mejorar las condiciones de vida de las personas es acompañarla desde el momento que nacen, crecen y se desarrollan”, asevera Bombal.
Otro de los beneficios que ha sido de gran ayuda es el Bono Catástrofe, cuyo fin es atender puntualmente la situación económica de un socio por una enfermedad catastrófica o terminal, el siniestro de incendio en el hogar o porque se encuentra en un problema económico de carácter urgente.
Precisamente, una de las personas que ocupó este beneficio es Carlos Muñoz, socio jubilado que trabajó durante 17 años como garzón en los comedores de la Cámara de Diputados (Congreso Nacional).
Para él fue muy útil el bono cuando, debido a la diabetes que padece, perdió los dedos de su pie derecho. “Este fue un buen apoyo el que me brindó la cooperativa y con el pude pagar parte de mi operación”, dice. Además de Carlos, su hijo también es socio de Lautaro Rosas.




Asimismo, dentro de los recorridos se visita al Parque Nacional Volcán Isluga (Comuna de Colchane), que se encuentra a tres horas de Iquique.
“Las escuelas públicas tienen la oportunidad de canalizar estos fondos que les entrega el Mineduc que buscan mejorar la convivencia estudiantil y la metodología del aprendizaje y donde proponemos que se puede realizar una buena pedagogía en base a nuestros circuitos, que son acordes a la malla curricular del Mineduc”, indica



En ese sentido, desde Cooprel señalan que para las zonas rurales “no contar con el suministro eléctrico que históricamente les han brindado las cooperativas eléctricas, les hubiera significado un impacto social y económico catastrófico, ya que sólo se habrían podido desarrollar actividades de subsistencia”.
Esto consiste en una inmersión en territorio mapuche donde los visitantes participan en las actividades diarias de las comunidades incluyendo visitar a la Machi de la zona. Asimismo, otras alternativas son la navegación en bote o kayak por el lago, cabalgata, artesanía en cestería y un baño en tinajas con yerbas medicinales, donde un guía relata la cosmovisión mapuche.
En el caso de Luis Quintana, que ofrece estadía en su cabaña a la orilla del lago, la cooperativa permitió que aumentara la difusión de este destino turístico a través de redes sociales y aplicaciones como Booking y Airbnb.
Con todas estas complejidades, ¿por qué se sigue produciendo en la zona más austral del mundo? Antecao dice que el clima también trae una recompensa: Las condiciones adversas permiten que se desarrolle una fruta y verdura mucho más aromática y sabrosa.“Por ejemplo, la frutilla en el norte no es muy buena, pero aquí es sabrosa y dulce”, añade.
“Habíamos estado pegados en los 35 mil kilos, pero logramos superarnos con una mayor planificación y porque mejoraron los compromisos de los socios. Tratamos de motivarlos y hacerlos entender que la cooperativa es una empresa de ellos y que pueden conseguir semillas de buena calidad, insumos que si no fueran socios no tendrían”, indica.
Y es que si bien antiguamente esta fruta se usaba para el lavado de pelo o para el consumo de animales de secano, un grupo de agricultores de la Provincia de Limarí utilizan la rumpa para hacer pulpas, mermeladas y jugos que se ofrecen a distintos mercados, donde también se sirve como cóctel en bares y restaurantes, incluso como productos de repostería.
Este grupo de personas trabaja en la elaboración de alimentos en base a este fruto del copao, donde fueron capacitados por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), la principal institución de investigación agropecuaria de Chile que busca contribuir al desarrollo de pequeños productores.
Luis Gallardo, gerente general de Rumpacoop, señala que uno de sus principales objetivos es “poder incrementar nuestros ingresos. La mayoría de los socios son pequeños agricultores que con la sequía nos vemos totalmente afectados, por lo que esto nos permite trabajar con la fruta y darle un valor agregado”.

