Hace algunas semanas, se celebró la 4ª sesión del Consejo Asesor de Asociatividad, impulsado por el Ministerio de Agricultura. En esta instancia, se presentó el Plan de Trabajo 2022-2023, que forma parte integral de la “Estrategia de Asociatividad del sector silvoagropecuario al 2030”, elaborada a partir del activo diálogo entre el sector público, la sociedad civil y las instituciones del conocimiento, con la coordinación de ODEPA, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Asociación Nacional de Cooperativas de Chile.
Esta iniciativa tiene como propósito relevar lo fundamental que resultan el trabajo conjunto, la colaboración y la asociatividad para promover el desarrollo del sector agrícola en Chile, donde más de un 90% de los agricultores son pequeños productores. A través de la asociatividad, resulta posible avanzar hacia el desarrollo silvoagropecuario, dotando a estos pequeños productores y a la agricultura familiar campesina de los mecanismos y condiciones necesarias para competir con los medianos y grandes productores.
La asociatividad permite generar economías de escalas y se ha consolidado como un motor para avanzar hacia el desarrollo sustentable y mejorar la calidad de vida de las comunidades. Por tanto, el Plan Nacional de Asociatividad tiene como propósito principal lograr el desarrollo de la asociatividad en los territorios al año 2030, permitiendo llegar a más usuarios a través de capacitaciones a productores para la formación y el acompañamiento de grupos asociativos.
Dentro de la asociatividad, el cooperativismo ha realizado importantes contribuciones al desarrollo del país, generando un enorme impacto social y económico y permitiendo avanzar hacia una mayor descentralización y un crecimiento inclusivo. En esta línea, el presidente de la Asociación Nacional de Cooperativas de Chile, Rodrigo Silva, señaló que “la puesta en marcha de esta estrategia de asociatividad representa un reconocimiento y un aporte concreto para seguir desarrollando y fortaleciendo nuestro modelo empresarial cooperativo”.
A su vez, Eve Crowley, representante de la FAO en Chile, quiso valorar la importancia de la creación de esta instancia que realza el rol de la asociatividad frente a los desafíos de la recuperación y transformación de los sistemas agroalimentarios. También destacó la necesidad de que se construyan acciones participativas que promuevan el desarrollo de ecosistemas cooperativos que permitan generar las condiciones legales, normativas, tributarias y de política pública en general para el desarrollo de cooperativas.
“Desde la Asociación Nacional de Cooperativas de Chile, reforzamos nuestro compromiso para seguir colaborando junto a ODEPA y la FAO en el desarrollo e implementación de la estrategia y plan de trabajo para promover la asociatividad en el sector silvoagropecuario de Chile, relevando la importancia de la colaboración y el trabajo mancomunado para alcanzar objetivos comunes”, señaló Silva.
Este Consejo Asesor de Asociatividad tiene un importante carácter público-privado, lo que ha permitido dirigir la construcción de una estrategia con un horizonte a largo plazo a través de una mirada transversal y participativa.