Dos historias de cómo el cooperativismo ayuda a cumplir el sueño de la casa propia

Gracias a este modelo basado en la economía social, dos familias chilenas lograron postular al subsidio habitacional que entrega el Estado y pudieron obtener su vivienda. Conoce aquí sus historias.

Ese miércoles 2 de enero de 2019, lo primero que hizo Marcela Morales al llegar a su casa nueva, ubicada en la comuna de Padre Hurtado, fue sacarle una foto a su juego de llaves. Las colocó en el primer escalón de la escalera y captó esa imagen, que para ella representaba una profunda emoción: tras una larga espera, por fin tenía un lugar propio para vivir con su familia.

El juego de llaves de la casa de Marcela Morales

Junto a su marido y cuatro hijos tuvieron que enfrentar varias complejidades para llegar a ese momento. Les ha tocado habitar como allegados en distintos lugares, incluso en una mediagua en el patio de la casa de su madre. Pero lo más duro ocurrió en 2014, cuando un incendio se llevó el hogar que arrendaban.

Ahora, dice, los recuerdos en su memoria son más felices, sobre todo porque nunca perdió la esperanza de tener su propia casa. “Siempre supe que se iba a poder, que nos iba a costar pero sabíamos que íbamos a llegar a puerto y efectivamente fue así”, dice.

 

Y del día que le entregaron la vivienda, detalla que sus hijos entraron corriendo preguntando cuál sería su dormitorio, y que se sintió muy especial por volver a tener una pieza con su pareja, “algo que hace mucho tiempo habíamos perdido”.

Marcela, que trabaja como reponedora de ruta, también ha visto de cerca la felicidad de otros habitantes del sector que lograron el mismo sueño que ella. Hace cinco años que es dirigente de un comité de vivienda de la comuna Padre Hurtado compuesto por 550 familias, de las cuales un grupo de estas, incluyendo la familia de Marcela, logró obtener su casa tras adjudicarse un subsidio habitacional que entrega el Ministerio de Vivienda y Urbanismo.

“En su momento pensábamos que nos íbamos a negro y que no había solución, pero nunca bajamos los brazos, sabíamos que habría un momento en que íbamos a tener resultados, y así fue”, dice.

Constituir un hogar para las familias

Marcela dice que para cumplir el sueño de la casa fue fundamental el apoyo de Conavicoop, cooperativa abierta de vivienda que lleva 44 años entregando soluciones habitacionales a más de 70 mil familias y con más de 47.000 viviendas entregadas. Su número de socios es ilimitado y constantemente se incorporan nuevas personas de diversos grupos socioeconómicos.

Mauricio De La Barra, gerente general de Conavicoop, dice que la misión es “mejorar la calidad de vida de los socios entregando una vivienda para que puedan constituir un hogar con su familia”. Para eso, establecen un contacto permanente con sus socios y los ayudan en la obtención del subsidio habitacional que otorga el Estado más el crédito hipotecario y ahorro exigido.

La cooperativa se encarga de buscar los terrenos aptos para el desarrollo de conjuntos habitacionales en las zonas urbanas de las diversas regiones del país. Luego, acompañan la evolución de los proyectos con un proceso que incluye talleres y reuniones para asesorar en temas financieros y de endeudamiento.

70 mil  Son las familias que Conavicoop ha entregado soluciones habitacionales en 44 años de trayectoria

Al momento de buscar el crédito hipotecario, Conavicoop negocia por sus socios para ver las mejores alternativas con las instituciones de financiamiento que existen en Chile, desde otras cooperativas, los bancos, mutuarias, compañías de seguro y cajas de compensación.

Asimismo, De la Barra destaca que la cooperativa tiene convenio con nueve instituciones de financiamiento hipotecario donde negocian “las condiciones y los plazos de respuesta de la aprobación de los créditos y buscamos la mejor alternativa de financiamiento para los socios dependiendo de su condición particular.Buscamos lo mejor que podamos lograr y se lo ponemos a disposición para que él pueda suscribir este crédito hipotecario”.

Una de estas instituciones en convenio es precisamente la cooperativa de ahorro y crédito Coopeuch, lo que refleja cómo estas organizaciones sinergian sus esfuerzos y el aporte que entregan a sus socios. Asimismo, cabe señalar que Conavicoop es socia del Foro Cooperativo.

La propia Marcela destaca que su nueva casa fue entregada lista para habitar. “Ahora solo llevamos nuestras cosas y nos instalamos, porque años atrás las casa se entregaba en bruto y tenías que tener una cierta cantidad de dinero para poder entrar y hacerle los arreglos para poder habitarla”.

“Gracias al esfuerzo de todos”

Otro de los beneficiados por la cooperativa fue Francisco Cáceres, empleado administrativo de un banco que junto a su mujer esperan a su tercer hijo. Con la llegada de un nuevo integrante, se propuso dejar la casa de sus padres y adquirir una vivienda.

Francisco Cáceres, en la puerta de su nuevo hogar junto a su esposa

Sin embargo, fue más difícil de lo que pensaba. “Estuve postulando al subsidio habitacional de manera individual, pero siempre quedaba afuera por el puntaje, no alcanzaba los parámetros que se exigían”, cuenta.

Tras una serie de frustraciones, se unió a Conavicoop, donde lo ayudaron a obtener el subsidio, el crédito y el ahorro. Luego, con un grupo de socios se unió a un programa habitacional para ver las construcción de las viviendas en el sector Magallanes IIB2, comuna de San Bernardo.

“Con Conavicoop se me abrieron las puertas con un subsidio automático que me otorgaron y éramos muchas las personas que estábamos en esa condición y gracias al esfuerzo de todos pudimos sacar la casa”, dice.

A mediados de abril llegó a su nuevo hogar. “Ver la cara de felicidad de los niños cuando los llevamos por primera vez nunca se me va a olvidar. Por la emoción de ellos nosotros vivimos. Verlos correr por el patio, esa sensación es rica”, recuerda.

Vivir en comunidad

Durante el tiempo que formaron parte de la cooperativa, Marcela y Francisco fueron conociendo a los que luego serían sus nuevos vecinos. Juntos alimentaron sus expectativas de que pronto iban a recibir su vivienda, y así fue más fácil crear una comunidad.

“Uno ya tenía una orientación de cómo iban a ser las personas que te iban a acompañar. El ánimo es otro, salir a comprar un pan y toparte con el que antes era un socio y ahora es tu vecino es diferente y están todos felices en sus casas”, dice Francisco.

Por su parte, Marcela dice que sus próximos desafíos es ser presidenta de la junta de vecinos de su comunidad. “El barrio quedó tan lindo que hay que cuidarlo, y la forma de hacerlo es teniendo una organización que se preocupe”, señala.

Fuente: Emol