La historia de un grupo de masoterapeutas ciegos que se convirtieron en ejemplo de inclusión laboral

En Chile hay más de 850.000 personas con deficiencia visual y de ella, aproximadamente 80.000 son ciegas. La Cooperativa de Terapeutas Ciegos (Coteci) es una de las primera en el país con estas características y en la actualidad la componen cinco socios.

Nelson Cifuentes había tenido distintos trabajos a lo largo de su vida, y uno de los últimos fue como inspector en un liceo regional. Sin embargo, todo cambió de golpe cuando una miopía severa, un problema que hace que perciba borrosos los objetos lejanos, lo dejó prácticamente ciego.

Si bien en un comienzo trabajaba con normalidad, la ceguera se fue agudizando con los años. “Yo tuve problemas visuales toda mi vida. Gracias a una operación, quedé bien por muchos años, hasta que tuve un accidente y se me desprendió la retina. Después se me desarrolló un glaucoma que no fue detectado a tiempo”, dice.

Ahora, solo recibe un poco de luz en su ojo izquierdo. “Pareciera que veo fantasmas”, relata.

Por otro lado, hace 15 años que María Victoria Márquez quedó con ceguera total, también producto de una miopía severa. Trabajó como funcionaria pública en la Municipalidad de Huechuraba, institución que le entregó el apoyo necesario para rehabilitarse.

“Esta es una enfermedad que sufren muchos chilenos y que en algunos casos se puede ir acrecentando hasta llegar a la ceguera. Yo por suerte cuando empecé a tener esta condición siempre recibí ayuda”, dice María Victoria.

Luego de asumir su discapacidad visual, cada uno por su lado buscó reinsertarse en el mercado laboral. Así fue como pudieron rehabilitarse en la Escuela de Ciegos Santa Lucía, donde recibieron formación para trabajar como masoterapeutas. En ese lugar se conocieron, y tiempo después iniciaron una relación.

Coteci

Nelson Cifuentes

Nelson Cifuentes dice que en el comienzo cada uno trabajaba de manera individual. Sin embargo, de acuerdo a su experiencia, sentía que su trabajo no se remuneraba de forma justa. Entonces, junto a María Victoria decidieron asociarse para ofrecer su servicio. Y luego, vieron que constituirse como cooperativa era la mejor opción para recibir una remuneración justa y que además podían darle trabajo a otros compañeros ciegos.

En el año 2015, formaron la Cooperativa de Terapeutas Ciegos (Coteci), la primera en Chile con estas características que en la actualidad la componen cinco socios, de los cuales cuatro tienen ceguera.

Coteci fue asesorado por la Municipalidad de Recoleta luego de participar en la Incubadora de Cooperativas Populares. Ahí obtuvieron su certificación para asociarse y descubrieron las ventajas que tenía este modelo para su desarrollo como masoterapeutas.

María Victoria Márquez cuenta que las personas que integran la cooperativa ya tenían sus profesiones, “pero tuvimos que reconvertirnos dentro del mundo laboral una vez que sufrimos la ceguera”.

“Hay posibilidades de rehabilitarse”

“Bienvenidos a este espacio de relajación y sanación atendido por terapeutas ciegos. Favor anunciarse”. Con estas palabras, escritas en un cartel, la cooperativa da a conocer sus servicios en las distintas ferias y eventos donde utilizan sillas ergonométricas para relajar y descontracturar músculos.

Además de masajes de relajación, descontracturantes y estéticos, Coteci ofrece sesiones de quiropraxia, reflexiología, reiki y biomagnetismo. Asimismo, tienen un local en el Mercado Tirso de Molina (segundo piso, local 241) para ofrecer sus servicios.

María Victoria Márquez

Algunos de los clientes que han adquirido los servicios de Coteci se encuentran Nestlé, Antofagasta Minerals, el festival Oktoberfest y el Ministerio de Desarrollo Social, entre otros.

Si bien Cifuentes señala que han podido surgir como cooperativa, por otro lado dice que “es difícil abrirse al mercado porque hay mucho prejuicio. Por eso nuestra lucha constante es abrir mercados y que nos den una oportunidad de trabajar y demostrar que somos profesionales serios”.

Según la Sociedad Chilena de Oftalmología, en Chile hay más de 850.000 personas con deficiencia visual y de ella, aproximadamente 80.000 son ciegas.

A quienes viven con esta condición y han tenido dificultades para desarrollarse profesionalmente, Nelson Cifuentes les dice que “busquen ayuda, porque hay posibilidades de rehabilitarse y de estudiar. Les diría que aprendan un oficio para que se sustenten de manera honesta y digna”.

Mientras que María Victoria Márquez aconseja “que si uno tiene constancia y buena disposición uno puede lograr todo lo que se propone. Siendo una buena persona nunca le irá mal”.

Fuente: EMOL